
Los últimos encuentros del transportes se han saldado con derrotas, ciertamente sin abultados marcadores y por diferencias mínimas, pero derrotas. Aún no estando en puestos de descenso conviene sumar para evitar males mayores y por eso es importante el compromiso. Empieza a ser inaceptable que la gente confirme para luego no ir sin avisar, con lo que en los dos últimos partidos solo hemos jugado seis miembros cuando somos catorce fichas, insisto, inaceptable.
En lo que al partido supone, derrota por dos goles ante los segundos clasificados, con dos tantos de rubinho, uno del capo (nunca falla a su cita con el gol) y otro del irreconocible Montoya, que vuelve por sus fueros de lider del equipo y motor anímico y deportivo de la maltrecha deriva rosonera. Si hace unas semanas intuíamos esta recuperación, hoy la damos por ratificada sin ambajes, y esa melena brillante y juguetona llena de nuevo las canchas del vetusto polideportivo con momentos para la historia como el balón al larguero desde su propio campo en un ejercicio de visión, fuerza y técnica del zaguero del Príncipe. Por lo demás, bien en defensa todos con buena intervención bajo palos del veterano Purini que nos recordó al mejor Bonano del Barça, un Chicho un tanto egoista en los cambios cuando las fuerzas le fallaron y el resto sin más que acompañar el nivel medio de la plantilla. Es el momento de responder en el campo y no en la barra del incombustible Julito.
En la foto, Bonano.